sábado, 1 de marzo de 2008

Toda flor nace de una semilla y al morir volverá a nacer...

Van dos o tres meses desde que comencé este blog, Flor de Invierno, y aunque no he puesto demasiadas entradas últimamente (o en total), las pocas veces que he escrito algo me he dedicado enormemente a ello, y, aunque quizás nadie lea esto jamás, siempre estaré orgulloso de todo.
Hubieron muchas cosas extrañas, lo sé, desde el cambio repentino de los nombres de las entradas y algunas ediciones leves en las mismas (ambos por razones personales) hasta mi cambio de apodo repentino (y ruego que mi apodo anterior no sea revelado) y el hecho de que nunca me he descrito con un género preciso.
Son estas ambigüedades que, a mis ojos, hacen que este blog sea bello: Los cambios, menores o mayores, no afectan mi manera de pensar, y pienso que eso no debería ocurrir sólo conmigo.

Hasta la flor más resistente
Muere al final
Pero fue la más valiente
Durante el frío invernal

Toda flor renace después
Así que no te sorprendas con lo que ves
Quizás la Flor de Invierno vaya a volver
¿Quién podría saber?

Ahora la nieve se ha ido
Todo árbol ha florecido
Y con la luz matutina
Aquí se despide Neblina

Me despido así, quizás para bien, quizás para mal, pero no para siempre.